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Desde un principio Dios ha querido tener una perfecta relación con el hombre, en el paraíso esa relación era posible hasta que el hombre no quiso seguir bajo la soberanía de Dios.
Dios sigue luchando por restablecer esa relación hermosa que tenia con el hombre.
Muchas personas se lamentan de que no pueden mantener una relación estable con su pareja. En realidad no pueden tenerla porque no se detienen a sentir al otro, estar con él, comunicarse, percibirlo. Y lo mismo pasa con Dios.
La etapa de noviazgo es muy bonita porque cada uno está atento y presente en la relación, pero cuando comienza la convivencia suelen dejar de estarlo y la unión pierde su encanto, porque cada uno está ocupado en sus quehaceres. En la calle trabajando y en la casa: Planchando, recogiendo, ordenando, cocinando, lavando, realizando todo tipo de tareas.
Vamos a fortalecer nuestra relación de pareja y con Dios, descubriendo lo que no tenemos que hacer y qué es lo que si tenemos que hacer.
Que es lo que daña una relación:
1. Alejarse de la pareja o en lo espiritual alejarnos de Dios. V 5 “Así dijo Jehová: ¿Qué maldad hallaron en mí vuestros padres, que se alejaron de mí, y se fueron tras la vanidad y se hicieron vanos?” Podemos ser cristianos de hace mucho tiempo y estar alejados de Dios, podemos estar casados dormir en una misma cama y vivir bajo un mismo techo y sin embargo sentir que estamos alejados. Y que no nos conocemos.
2. Acostumbrarnos a estar alejados. V 6 “Y no dijeron: ¿Dónde está Jehová, que nos hizo subir de la tierra de Egipto, que nos condujo por el desierto, por una tierra desierta y despoblada, por tierra seca y de sombra de muerte, por una tierra por la cual no pasó varón, ni allí habitó hombre?” ya no extrañamos la compañía de nuestra pareja o de nuestro Dios. Ya no anhelamos los buenos momentos.
Los hombres somos seres de costumbre. Si con frecuencia te enojas, no saludas, no acaricias, no besas a tu pareja se te puede convertir en una costumbre y cuando lo trates de hacer ya no vas a poder, es más te va a molestar.
3. Perder la comunicación. V 8 “Los sacerdotes no dijeron: ¿Dónde está Jehová? y los que tenían la ley no me conocieron; y los pastores se rebelaron contra mí, y los profetas profetizaron en nombre de Baal, y anduvieron tras lo que no aprovecha.” En lo espiritual ya no hay palabra, los profetas hablan de su propio parecer. En el hogar hay muchos periodos largos sin hablar.
Los seres humanos nos entendemos mejor si buscamos medios o canales de comunicación. Solo a través de las buenas discusiones es que logramos buenos arreglos.
Pero recuerda que discutir es muy diferente a pelear. Pelear es tratar de causar daño, discutir es tratar de buscar una solución o llegar a un acuerdo.
4. Renunciar a la relación. V 11 “¿Acaso alguna nación ha cambiado sus dioses, aunque ellos no son dioses? Sin embargo, mi pueblo ha trocado su gloria por lo que no aprovecha.” En lo espiritual el mundo nos da ejemplo, aunque están equivocados no quieren abandonar a sus dioses, en cambio el cristiano tibio, busca cualquier pretexto para renunciar a su fe.
En el hogar lo mismo cualquier pequeño inconveniente es válido para renunciar a la relación. Imagínate algo. “si tú tienes una casa muy hermosa que te costó mucho dinero y mucho esfuerzo, un día le aparece una gotera. Tú que arias. Cogerías la gotera o cambiarias de casa” esa casa puede ser tu hogar que te ha costado mucho tiempo y esfuerzo construirlo, ese pequeño problema puede ser la gotera. La decisión de coger la gotera o dejar todo para compensar en otra casa es decir en otro hogar depende de tu inteligencia y tu sabiduría.
Dios resume en dos cosas el fracaso de una relación. El alejarse y el independizarse. V 13 “Porque dos males ha hecho mi pueblo: me dejaron a mí, fuente de agua viva, y cavaron para sí cisternas, cisternas rotas que no retienen agua.” Si nos alejamos de Dios significa que tenemos que luchar en nuestras propias fuerzas. Y en el hogar sucede lo mismo, el hombre no fue hecho para vivir solo. Tenemos que aprender a trabajar en equipo. Génesis 2: 18 “Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él.”
El mismo hombre es que atrae la derrota en su vida. V 19 “Tu maldad te castigará, y tus rebeldías te condenarán; sabe, pues, y ve cuán malo y amargo es el haber dejado tú a Jehová tu Dios, y faltar mi temor en ti, dice el Señor, Jehová de los ejércitos.”
El no querer asumir responsabilidades deteriora una relación. V 20 “Porque desde muy atrás rompiste tu yugo y tus ataduras, y dijiste: No serviré. Con todo eso, sobre todo collado alto y debajo de todo árbol frondoso te echabas como ramera.”
La única forma de mantener viva y dinámica una relación es reconociendo nuestros errores. V 23 “¿Cómo puedes decir: No soy inmunda, nunca anduve tras los baales? Mira tú proceder en el valle, conoce lo que has hecho, dromedaria ligera que tuerce su camino,”
A Dios le molesta que ocultemos nuestros errores. V 35 “Soy inocente, de cierto su ira se apartó de mí. He aquí yo entraré en juicio contigo, porque dijiste: No he pecado.”
Tal vez en el dinero encuentres un poco de felicidad, en las amistades encuentres alegrías, en las medicinas la cura para tu enfermedad, pero el amor solo lo encontraras en tu familia.