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martes, 30 de octubre de 2012

EL CINTO PODRIDO. Jeremías 13

Jesucristo como el gran maestro que es, tenía una forma excelente de enseñar, lo hacía a través de ilustraciones o parábolas. Y en esta ocasión Jehová utiliza el mismo sistema para enseñar a su pueblo. A través de la ilustración de un cinto o faja quiere enseñarnos la importancia de mantenernos unidos a Jesucristo. Para esta ocasión Jeremías representa a Cristo, el cinto somos su pueblo. V 10 “Este pueblo malo, que no quiere oír mis palabras, que anda en las imaginaciones de su corazón, y que va en pos de dioses ajenos para servirles, y para postrarse ante ellos, vendrá a ser como este cinto, que para ninguna cosa es bueno.” y el Éufrates simboliza al mundo.

Jesucristo nos compro y no con cualquier cosa nos compro a precio de sangre porque para él somos muy valiosos, somos como el lino fino. V 1a “Así me dijo Jehová: Ve y cómprate un cinto de lino,” pero a pesar de estar unidos a Jesucristo es necesario mantenernos libres de toda cosa que pueda contaminarnos. V 1b “y cíñelo sobre tus lomos, y no lo metas en agua.” Muchas veces como pueblo de Dios nos apartamos de él. V 4 “Toma el cinto que compraste, que está sobre tus lomos, y levántate y vete al Éufrates, y escóndelo allá en la hendidura de una peña.” Al apartarnos de Dios no servimos para nada. V 7 “Entonces fui al Éufrates, y cavé, y tomé el cinto del lugar donde lo había escondido; y he aquí que el cinto se había podrido; para ninguna cosa era bueno.” Apartados de Jesucristo nada podemos hacer. Juan 15: 1-5. “Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. 15:2 Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto.  15:3 Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado. 
15:4 
Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.  15:5 Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer
El apego al mundo no es algo que sucede de la noche a la mañana, es un proceso poco a poco nos vamos involucrando y cuando menos lo pensamos ya estamos de vuelta en el mismo lugar del cual Cristo un día nos saco.
Solo estando junto a Jesucristo podemos ser su pueblo y el será nuestro Dios. V 11 “Porque como el cinto se junta a los lomos del hombre, así hice juntar a mí toda la casa de Israel y toda la casa de Judá, dice Jehová, para que me fuesen por pueblo y por fama, por alabanza y por honra; pero no escucharon.
Dios tiene grandes cosas para ti, no dejes que el mundo te pudra a través de la soberbia. O cualquier otro sentimiento detestable para Dios.


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