El no estar conforme con el entorno en el que vivimos o en lo espiritual el ser desobedientes a Dios puede generarnos ansiedad. El rey Sedequías había recibido una orden. Jeremías 38: 17 “Entonces dijo Jeremías a Sedequías: Así ha dicho Jehová Dios de los ejércitos, Dios de Israel: Si te entregas en seguida a los príncipes del rey de Babilonia, tu alma vivirá, y esta ciudad no será puesta a fuego, y vivirás tú y tu casa.”
El comienzo de la ansiedad es la desobediencia. 52: 2-3 “E hizo lo malo ante los ojos de Jehová, conforme a todo lo que hizo Joacim. 52:3 Y a causa de la ira de Jehová contra Jerusalén y Judá, llegó a echarlos de su presencia. Y se rebeló Sedequías contra el rey de Babilonia.” El sentirse encerrado es uno de los síntomas de la ansiedad. Jeremías 52: 4-5 “Aconteció, por tanto, a los nueve años de su reinado, en el mes décimo, a los diez días del mes, que vino Nabucodonosor rey de Babilonia, él y todo su ejército, contra Jerusalén, y acamparon contra ella, y de todas partes edificaron contra ella baluartes.”
Cuidado: Cuando la ansiedad o la preocupación son extremas, puede ser un signo de un trastorno de ansiedad. Y esto nos puede llevar a:
1. Tomar malas decisiones: V 7 “Y fue abierta una brecha en el muro de la ciudad, y todos los hombres de guerra huyeron, y salieron de la ciudad de noche por el camino de la puerta entre los dos muros que había cerca del jardín del rey, y se fueron por el camino del Arabá, estando aún los caldeos junto a la ciudad alrededor.”
1.1. Quitar la protección. Abrieron una brecha, la desesperación hace que uno mismo habrá puertas para el miedo, las tentaciones, los malos deseos. La envidia. Etc.
1.2. Huir. La ansiedad nos hace huir de los problemas, la solución no es huir de los problemas la solución es enfrentarlos. No importa cuánto huyas los problemas un día te van a alcanzar, las deudas siguen creciendo, el mal entendido se vuelve más grande. Si tienes un problema no importa cuál sea busca solucionarlo pronto no dejes que pase el tiempo porque puede ser tarde.
1.3. Ignorar el problema. Los de Jerusalén no se dieron cuenta que los caldeos todavía estaban cerca, el huir sin pensar muchas veces en lugar de alejarnos de los problemas nos acercan.
2. Cansarnos de luchar: V 8 “Y el ejército de los caldeos siguió al rey, y alcanzaron a Sedequías en los llanos de Jericó; y lo abandonó todo su ejército.” La ansiedad nos hace tomar malas decisiones, nos cansa y al final nos quedamos solos.
3. Perjudicar a los que más amamos. V 10 “Y degolló el rey de Babilonia a los hijos de Sedequías delante de sus ojos, y también degolló en Ribla a todos los príncipes de Judá.”
4. ser inútiles. V 11 “No obstante, el rey de Babilonia sólo le sacó los ojos a Sedequías, y le ató con grillos, y lo hizo llevar a Babilonia; y lo puso en la cárcel hasta el día en que murió.” La ansiedad hace que algunas personas no actúen y se queden quietos, esperando que otros luchen por ellos.
5. A perderlo todo. V 13 “Y quemó la casa de Jehová, y la casa del rey, y todas las casas de Jerusalén; y destruyó con fuego todo edificio grande.”
5. A vivir de la mendicidad. V 33-34 “Le hizo mudar también los vestidos de prisionero, y comía pan en la mesa del rey siempre todos los días de su vida. 52:34 Y continuamente se le daba una ración de parte del rey de Babilonia, cada día durante todos los días de su vida, hasta el día de su muerte.” Muchos ya han perdido las fuerzas y se resignan a vivir de cualquier forma.
No importa a cuantos especialistas acudas para controlar la ansiedad, lo único que lograras es tranquilizarte por un tiempo. La única solución verdadera es Jesucristo. 1 Pedro 5: 7 “echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros.”